Historia de
la Parroquia – Entrega Nº 41
ABRIL 2014
Hoja C.A.
267
CUARESMA
--- PRIMAVERA PASCUA
Es
siempre un espectáculo sorprendente ver, en primavera, lo que hace el calor del
sol en contacto con la naturaleza - lo observamos en nuestro Parque de
Miraflores -. Todo se despierta, las yemas cobran fuerza, los árboles se cubren
de verde y se llenan de flores.
¡Es algo
maravilloso! Y, sin embargo, durante el invierno también la tierra guardaba las
semillas, que ahora palpitan llenas de vida; pero es el calor del sol lo que
las hace germinar. No es primavera porque lo señale el calendario, no es el 21
de marzo el que provoca esta explosión de vida. Es el sol, es su calor el que
la engendra. Si el sol llega antes, incluso durante el invierno, la tierra no
se pregunta si ya es primavera, y germina igualmente. Y como el sol en la
naturaleza hace florecer la vida, del mismo modo sólo el amor, en el corazón humano, puede hacer
que triunfe la vida.
Hoy en el
mundo, que muchas veces languidece por temor a la vida, que se afana por
suprimir la vida, necesita amor. La familia está llamada a esto a lo largo de
la vida de sus miembros, desde el nacimiento hasta la muerte. La familia es
verdaderamente el santuario de la vida…
Toda
vida queda iluminada en sus momentos gozosos o dolorosos, fáciles o
problemáticos, claros u oscuros, por el
amor, y queda transformada por “una presencia” de amor que es la de Dios.
Con
estos ojos hemos de comprender y mirar la vida. Son ojos nuevos, capaces de ir más allá de los fenómenos para
alcanzar las causas, sin desconocer los aspectos concretos, ya que este Dios
que es amor es también Padre y cuida de los hombres, sometidos a nuestros
límites y a nuestros pecados.
Sólo el amor en el corazón humano, puede
realizar el triunfo de la vida. Esa es la Pascua que queremos celebrar: Cristo es la vida.
El beato Juan Pablo II,
dirigiéndose a los jóvenes de Lombardía, les explicaba el secreto: “Hay que reconciliarse
con la muerte, ya que por más prolongada que pueda ser la vida, la muerte es
ineludible, no como fin, sino como acto supremo y decisivo del ser humano en
orden a su propio futuro. Toda etapa de la existencia se convierte, así, en
experiencia simultánea de vida y de muerte. Se muere para resucitar”. (Discurso
20.06.92).
Toda la
misión de Jesús consiste en dar la vida: la vida sobrenatural y la natural. La
Buena Noticia no termina con la muerte en la cruz, si no con la Resurrección.
“La Iglesia cree firmemente que la vida
humana, aunque débil y enferma, es siempre un don espléndido del Dios de la
bondad. Contra el pesimismo y el egoísmo, que ofuscan el mundo, la Iglesia está a favor de la vida;
y en cada vida humana debe descubrir el esplendor de aquel “SÍ”, de aquel
“Amén” que es Cristo mismo… La Iglesia está llamada a promover con todo medio y
defender contra toda insidia la vida humana, como en cualquier condición o fase
de desarrollo en que se encuentre” (FC 30) .
Los Sacerdotes
Los Sacerdotes
El
BAUTISMO fue el gran regalo que quisimos dar a nuestra hija.
Nuestra
hija, Elena, nació en noviembre de 2013 y desde el principio teníamos claro
nuestro interés por bautizarla. Porque para nosotros, el Bautismo, más que la
tradición de padres y abuelos, significa entrar a formar parte de la vida de
Dios y de la Iglesia, ser partícipes de esa
gran familia de los hijos de Dios, que es la Iglesia, de la cual nosotros nos
sentimos miembros activos.
Pasaron
unos meses y pensamos que era el momento de dar a nuestra hija el gran regalo
del Bautismo. Quisimos que fuera en una Iglesia cercana y donde mejor que
donde habitualmente acudimos a escuchar la Palabra de Dios y a participar de la
Eucaristía.
La hemos bautizado en esta Cuaresma, ha
sido un poco circunstancial porque sabemos que no es lo habitual. Pero nos
parecía un momento también apropiado, pues si la Cuaresma es un tiempo de
conversión ¿qué mejor conversión que vivir el Bautismo de nuestra hija?
Ahora,
hemos adquirido el gran compromiso de acompañarla, ayudándole a despertar a la
fe, hasta que ella, vaya tomando su propia responsabilidad en la vida
cristiana.
Pablo y Ana, padres de Elena
La CONFIRMACIÓN: un sí a Cristo y a
su Iglesia.
La Confirmación,
es uno de los primeros Sacramentos que una persona recibe por decisión propia,
me bautizaron mis padres y fui a recibir
mi primera comunión llevado por la mano de mis padres y el catequista, pero la
Confirmación fue una decisión mía.
La
Confirmación para mí es un sí, ya no sólo un sí a Cristo y a mi fe, es un sí a
vivir esta fe en la Comunidad católica, con la libre aceptación de seguir el
camino que el catolicismo establece. Es un sí a hacer el camino acompañado, a dejarse guiar, a reconocer que
la fe llevada por uno solo, es un camino lleno de relativismo, es un jardín que
sin el riego de agua viva está condenado a marchitarse. Es un sí a dejarse
coger de la mano por la Comunidad como si fuese la mano de Cristo para recorrer
un camino de confianza en Dios.
Recibí
mi Confirmación como un Pentecostés, en
el que la llama debe recibirse con el compromiso de ser ejemplo evangelizador
para quienes nos rodean, mediante nuestra vida y nuestros actos, llevados
siempre con la alegría de quien se siente alumbrado y acompañado en la fe, bajo
un Sol que Dios pone todos los días para todos.
Javier, confirmado el 13.12.2013.
La PENITENCIA: el Sacramento de la
Misericordia de Dios
Es el
Evangelista San Juan, quien nos dice que la misma tarde de la resurrección de
Jesús: “Se presentó en medio de ellos y les dijo: la paz esté con vosotros. Y
les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver
al Señor. Jesús les dijo de nuevo: La paz esté con vosotros. Sopló sobre ellos
y les dijo: recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados, Dios se los perdonará…”Juan.20,
19-23.
El
Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”, nos dice:
¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando
nos hemos perdido!... Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los
que nos cansamos de acudir a su misericordia… Él nos permite levantar la cabeza
y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre
puede devolvernos la alegría. No huyamos de la Resurrección de Jesús, nunca nos
declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos
lanza hacia delante!.
EG Nº 3.
Miguel, Sacerdote
Miguel, Sacerdote
Lo más importante es recibir a Jesús
en la EUCARISTÍA.
Hola, me llamo Nacho y el próximo
10 de mayo voy a recibir la Primera Comunión. Vamos a celebrar una fiesta con
mis amigos y familiares, me harán regalos y nos lo pasaremos muy bien. Yo iré
vestido con el hábito de mi cofradía, que para mí es muy importante, mi familia
irá muy elegante, se han comprando ropa nueva.
Pero
todo esto es superficial, lo importante
de verdad es que voy a recibir a Jesús por primera vez. Estoy ansioso porque llegue ese día, en el que por fin podré participar por completo en la
Eucaristía. Llevo dos años preparándome para este momento, pero la espera
merece la pena.
Nacho, de la Catequesis de Primera Comunión
La UNCIÓN DE LOS ENFERMOS:
El sacramento de la Fortaleza de Dios
La
Iglesia afirma que, entre los siete Sacramentos, existe uno especialmente
destinado a reconfortar a los atribulados por la enfermedad: la Unción de los
Enfermos.
Cristo
mismo, lo instituyó y el apóstol Santiago nos lo recuerda: “¿Está enfermo
alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y
le unjan con óleo en el nombre del Señor”.
Las
personas que tienen enfermedad seria o vejez, pueden recibir este Sacramento en
el que se pide su recuperación física y lo que es más importante aún: está
Unción confiere una gracia particular
que une más íntimamente al enfermo a la pasión de Cristo, por su bien y por
el de toda la Iglesia, otorgándole fortaleza, paz, ánimo y también el perdón
de sus pecados si el enfermo no ha podido confesarse.
Como
persona colaboradora en la Pastoral de la Salud, puedo testimoniar, que en
varios casos he comprobado los frutos de este Sacramento y es muy conveniente
perder ese “miedo” que se tenía en tiempos pasados por temor a asustar al
enfermo.
Nada
mejor para quienes queremos acercarles al Amor de Dios que se derrama en
sus hijos a través de su Santa Iglesia.
A Él
sea la gloria por siempre.
María Irene, del Equipo Pastoral de la Salud
ORDENADOS para servir a Cristo,
en los hermanos y en la Iglesia.
Seguro
que muchos sabéis que el pasado 15 de marzo fueron ordenados, por nuestro
Arzobispo, al servicio de esta Diócesis de Zaragoza, dos presbíteros y ocho diáconos. Ha sido para
nuestra Iglesia Diocesana un auténtico regalo del Señor. Todos ellos están
viviendo el gozo, la alegría y la novedad, del ejercicio del Ministerio
recibido.
Compartiendo con los que por, amistad o acogida, son más cercanos a
nuestra Comunidad Parroquial, nos dicen que todavía están en una nube. Que ya
han hecho uno o dos bautizos. Lo que más cuesta es la homilía del domingo, pero
merece la pena prepararla bien. Irradian
ilusión, alegría, amor a Cristo y a la Iglesia, se les nota en la cara.
Así de
una manera informal nos han dejado unas notas personales de lo que, para cada
uno de ellos, significa el orden recibido. Nos dicen:
1.Para mí ha
supuesto configurarme más con Cristo para el servicio de la Iglesia.
2.El Diácono es
un instrumento de Dios misericordioso y fiel.
3.Es la alegría de anunciar a Cristo.
4.Ejercer el Diaconado es el encuentro con la persona
de Cristo presente en la Comunidad.
5.Para mí, es hacer presente a Cristo con una mirada de
amor y de alegría.
Gracias por vuestra entrega generosa, amigos y
felicidades a todos, esta Iglesia os necesita, Dios os quiere.
Ramiro, Héctor Fabio, José Ervin, Luis
David, Diáconos.
EL
MATRIMONIO: total confianza entre nosotros y con Dios.
Después de un noviazgo de cuatro años y
medio, hemos decidido que ya era hora de dar el paso de casarnos. Siempre hemos
tenido muy clara nuestra vocación al matrimonio, pero hemos tenido que esperar
un tiempo para que nuestras vidas se aposentaran. Y ahora es el momento. Si
tuviéramos que resumir qué significa para nosotros el matrimonio, elegiríamos
voluntad, entrega y confianza. Voluntad porque queremos amarnos toda la vida, Entrega
porque nos entregamos el uno al otro en Todo y Confianza entre nosotros y con
Dios. Y qué mejor que representar estas palabras en la celebración del
Sacramento del Matrimonio., con la gracia de Dios, expresando nuestro SÍ mutuo con nuestros amigos Sacerdotes como
testigos y todos los que nos quieren acompañándonos. Ese gran día cumpliremos
cinco años juntos.
Alba y Juan
SABÍAS QUE...
En nuestra Diócesis de Zaragoza, durante el año 2013: 4.993 recibieron el Sacramento del Bautismo. 2.151 fueron Confirmados. 4.886 recibieron a Jesús Eucaristía, por primera vez. 1.184 celebraciones del Sacramento del Matrimonio.
En nuestra Diócesis de Zaragoza, durante el año 2013: 4.993 recibieron el Sacramento del Bautismo. 2.151 fueron Confirmados. 4.886 recibieron a Jesús Eucaristía, por primera vez. 1.184 celebraciones del Sacramento del Matrimonio.
Lo hacemos todos los días y vemos a millares de personas hacerlo. Al amanecer, antes del trabajo, al realizar la primera venta, al mejorar de salud y hasta cuando los grandes atletas del mundo lo hacen mirando al cielo. ¿te acuerdas qué significa? La señal de la Cruz.
Como este gesto vuelve con frecuencia
en mi ajetreo diario, tengo el peligro de hacerlo sin prestarle la atención que
se merece. Sin embargo es precioso por su historia, por su significado y por
su poder.
Es la señal de mi fe; muestra quien
soy y lo que creo. Es el resumen del Credo. Es la señal de mi agradecimiento.
Tengo que hacer con amor y emoción este gesto que me recuerda que Jesús ha
muerto por mí. Es la señal de mi intención de obrar, no para la tierra, sino
para el Cielo. Al hacerla y pronunciando estas misteriosas palabras: “EN EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO Y DEL
ESPÍRITU SANTO”, me comprometo a obrar:
- en
el nombre del Padre que me ha creado,
- en el nombre del Hijo que me ha redimido,
-
en el nombre del Espíritu Santo que me santifica.
En una palabra: a actuar como hijo de
Dios.
Este signo
es la señal de la consagración de toda mi persona.
- Al tocar mi frente: Rezo a Dios todos mis
pensamientos.
- Al
tocar mi pecho: Consagro a Dios todos los sentimientos de mi corazón.
- Al
tocar mi hombro izquierdo: Le ofrezco todas mis penas
y
preocupaciones.
- Al
tocar mi hombro derecho: Le consagro mis acciones.
La señal de la Cruz es en sí
misma fuente de grandes gracias. Debo considerarla como la mejor preparación a
la oración, pero ya es en sí misma una oración y de las más impresionantes. Es
una bendición.
Si me
emociona ser bendecido por el Papa, por una Obispo ¡cuánto más ser bendecido
por el mismo Dios!
Señor,
concédeme la gracia de hacer de mi señal de la Cruz un “Heme aquí” motivador
para la oración, para la acción, para mí día entero; así como una poderosa
llamada de las bendiciones del cielo sobre mí.
“EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU
SANTO”
VIERNES 4 DE ABRIL 2014 A LAS 20:00 H. CONCIERTO MEDITACIÓN
SÁBADO, 26 DE ABRIL DE 2014 A LAS 6 DE LA TARDE
EN EL SALÓN DE ACTOS DE LA PARROQUIA
PROYECCIÓN DE LA PELICULA
KAROL
HOMENAJE A LOS PAPAS
JUAN XXIII Y JUAN PABLO II
EN LA VÍSPERA DE SU CANONIZACIÓN